¡Separa tus ingresos de los de tu empresa!

¿Has oído hablar de empresarios ricos de empresas pobres?

Pensemos … ¿Por qué los empresarios crean empresas?

Más allá de los objetivos inmediatos que pueden variar y mucho, en definitiva para tener independencia y crecimiento económico para sí y su familia.

Y aquí hay que aclarar algo trascendental y es que los ingresos del negocio NO son los del empresario. Son entidades diferentes. 

Por muy pequeño que sea, es imprescindible tener la mentalidad de que “es una empresa” y debe ser considerado como tal. Es decir, con sus propios objetivos que serán logrados a través de una actividad desarrollada gracias a un capital asignado, el cual, a lo largo del tiempo, debería crecer. La empresa tiene sus propios ingresos con los que debe pagar sus costos, gastos y generar un resultado. 

Para no cometer el grave error de considerar tuyos los ingresos de tu empresa, hay 2  ideas esenciales que debes considerar:

  1. Cuentas bancarias separadas:

Una situación que se da cuando iniciamos un negocio es no abrir una cuenta bancaria exclusiva para los movimientos de dinero que este genere. En este caso a los costos y gastos de la empresa, le estaríamos sumando los personales y familiares, que saldrían de la misma cuenta. Si los ingresos no son suficientes podemos llegar a confundirnos y considerar que la empresa no es rentable, con las consecuencias que ello puede tener en la cabeza del empresario.

Siguiendo este criterio, también hay que evitar pagar gastos de la empresa con la tarjeta de crédito o débito personal.

 Y además no tener que recurrir a un crédito personal para la empresa.

No es imposible, sólo requiere organización y determinación para cumplir con las mejores prácticas que evitarán futuros dolores de cabeza.

  1. Asígnate un sueldo como empresario:

Seguramente tú sí que trabajas en la empresa, así que te corresponde un ingreso mensual fijo por esa labor. 

En principio, tu sueldo dependerá de los gastos que necesitas para vivir, de tu situación financiera actual y de los ingresos que necesitarás a mediano y largo plazo. Por lo tanto, el primer factor a considerar es saber cuáles son tus gastos personales para después identificar las posibilidades de ahorro. 

Una vez realizado este cálculo te resultará más sencillo determinar cuánto debes ganar.

Hay 2 errores comunes que debes evitar: 

    • Asignarte un pago que tu empresa difícilmente pueda solventar y llevar los ingresos del negocio íntegros a tu cuenta personal.
    • Por otro lado, privarte de una paga por tu trabajo, hará que te desesperes pronto y tomes decisiones equivocadas. 

Aquí la recomendación es ser cauteloso y realista.

El consejo es empezar con un nivel de salario mínimo y a medida que tu empresa crezca, considerar los posibles aumentos con base en el incremento de la actividad real.

Otra opción para que tu sueldo se vuelva un incentivo y no lo sufras, es diseñar un esquema de comisiones. Es decir, a tu salario mínimo podrás sumarle una cantidad a cuenta de nuevos clientes y cierre de tratos. Además de que te motivará a trabajar más para ganar un ingreso extra, ayudarás al desarrollo de tu empresa. Estas comisiones serán como una recompensa por el esfuerzo.

También podrías decidir que cuando tu negocio alcance un determinado nivel de superávit,  tomarás un porcentaje por cada trimestre, como un bono. Esta cifra puede variar, dependiendo de las metas que como propietario hayas fijado, las necesidades financieras personales y la filosofía de reinvertir las ganancias de la empresa.

¿Has oído hablar de empresarios ricos de empresas pobres?

¡Que no sea tu caso ! 

Profesionaliza tu empresa y marca una diferencia en tu entorno.

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